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Hace
unas semanas me enteré de que Serena Williams, la Super tenista y campeona imbatible, volvió a triunfar, para mi alegría
y la de muchos, en Wimbeldon asegurando así su puesto como la mejor tenista del
mundo. Pero eso no fue suficiente para que ciertos medios la tuvieran buena
consideración sino todo lo contrario. Varios periódicos, y en concreto el New
York Times, no paraban de meterse con su físico, que ellos consideraban muy
masculino, y con sus fornidos y musculosos brazos. Esto la verdad me hizo
plantearme si se metían con Serena por sólo por sufísico o porque es una mujer
negra.
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Es bastante notable los grandes esfuerzos que
dedican los medios de comunicación masiva en occidente para desacreditar y menospreciar a
las mujeres afrodescendientes. Como bien dijo Chinua Achebe, cuando argumentó
su famosa crítica (“An Image of Africa”) contra el archiconocido libro “El
Corazón de la Oscuridad”: Quite simply it is the
desire- one might indeed say the need-in Western psychology to set Africa up as
a foil to Europe, a place of negations at once remote and vaguely familiar in
comparison with which Europe's own state of spiritual grace will be manifest. La
traducción vendría a decir que “tan simple es el deseo – uno más bien diría la
necesidad- en la psicología Occidental de posicionar Africa como un complemento
de Europa, un lugar de negación remoto y vagamente familiar en comparación con
el manifiesto estado de gracia espititual de Europa”. Con esto Achebe nos
quería decir irónicamente que Occidente usa la imagen de África y sus hijos e hijas, esparcidos por todo el mundo, para reflejar todo aquello que niega de sí mismo porque necesita rebajar a “los
otros” para elevar su autoestima.
Es
evidente que a muchas personas mediocres el éxito de otros ( y si es en forma
de mujer negra más) les hace sentirse pequeños y su única forma de sobresalir de su
mediocridad es metiéndose con las personas de éxito, como Serena, que trabajan
duramente para lograr sus sueños. Porque que yo sepa, a ésta tenista, nadie le
ha regalado nada, de hecho tuvo orígenes muy humildes y sus padres que creyeron
en ella y en su hermana Venus Williams, que también es tenista y muy buena, e
invirtieron su dinero y su esfuerzo ( el padre de las hermanas Williams las
entrenaba) para que éstas hermanas consiguiesen sus sueños.
Además
de ser la tenista número del mundo ( aunque no la mejor pagada) es también
empresaria (tiene su propia marca de ropa la cual nombró como su nombre pero al
revés Arenes ) invierte en obras
benéficas, es una mujer que tiene una gran Fe ( que le ayuda a sacar fuerzas
para seguir luchando) y tiene una gran fuerza no sólo física sino mental.
Para
mi esta mujer es un ejemplo de esfuerzo, superación , humanidad y feminidad.
Williams está ahí para demostrarnos que
no sólo que las mujeres pueden ser
fuertes sin perder ni una pizca su feminidad sino también para mostrar al mundo
que cualquier persona, sin importar la raza, el género o la condición social,
puede llegar a lo más alto si cree en lo que hace, tiene el apoyo físico y
mental suficiente y no se rinde.
Está
claro que llegar a lo más alto no es “coser y cantar” pero me gusta Serena
porque no se encoge para conformar las inseguridades de otros. Creo que es más
fácil criticar a alguien cuando ya está en lo más alto que apreciar los
esfuerzos que se han tenido que hacer para ocupar esa posición.
Apelando
a la “sisterhood o sororidad” me atrevo a decir que #SerenaSomosTodas las
mujeres afrodescendientes que luchamos por nuestros sueños, las que a pesar de las dificultades nos hacemos más
fuertes que éstas para superarlas, las que no abandonamos y nos apoyamos las
unas a las otras, las que sonreímos al mundo a pesar de tener un mal día y en
definitiva #serenasomostodas las
mujeres negras que van con la Verdad por delante.
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