"somos aquello en lo que decidimos creer" |
Esta semana estuve viendo en TED.com
(plataforma que promuve ideas dignas de ser difundidas y una de mis principales
fuentes virtuales de inspiración) unas cuantas charlas sobre liderazgo y
vulnerabilidad y para mi asombro comprobé que las dos cosas están más unidas de
lo que creemos.
En una de las charlas que vi, titulada ¿porqué hay tan pocas mujeres líderes?,
Sheril Sandberg (americana economista, autora, activista y directora operativa
de Facebook y una de las mujeres más poderosas del mundo) decía que muy pocas
mujeres conseguían ocupar puestos de liderazgo a pesar de estar bien formadas
académicamente. Muchas abandonaban sus sueños para concentrarse en su vida
familiar, otras ni lo intentaban porque pensaban que no estaban preparadas, que
el mundo laboral es muy masculino y competitivo, y otras muchas escusas.
Yo, que quería saber por qué tantas mujeres no están alcanzando sus sueños (a pesar de haber el doble de mujeres que de hombres matriculados en las universidades hoy en día) seguí investigando y comprobé que la diferencia entre un Líder y los demás era que el líder, aunque no las tenga todas consigo, cree firmemente en lo que hace, tiene confianza y por eso va hasta el final con lo que se propone y como consecuencia las personas contagiadas por su FE y su entusiasmo acaban siguiendo las propuestas de éste, porque “el que abandona nunca gana y un ganador nunca abandona”. En este punto de mi investigación llegué a la conclusión de que muchas mujeres no creen en sí mismas ni en sus capacidades, no creen que sean lo que el mundo necesita o lo que sus jefes necesitan. Quizás sea en parte culpa de la educación que hemos recibido, no lo sé a ciencia cierta sin embargo he observado que en general las mujeres son muy críticas consigo mismas (y con sus congéneres) y además no aceptan su vulnerabilidad, sino que lo disfrazan con escusas, y por eso no avanzan tanto como los hombres.
Lo increíble de todo es que la vulnerabilidad
es nuestra mayor fuerza, es nuestro poder porque nos hace humanos. Como bien
dice Brené Brown (una prestigiosa socióloga que ha realizado exitosos estudios
sobre la vulnerabilidad) “cuando negamos nuestra historia ésta nos define sin
embargo cuando nos adueñamos de esa historia le acabamos dando un nuevo final”.
¿Qué quiso decir Brown con eso? Pues que debemos dejar de negar nuestras
emociones para no ser prisioneras de ellas sino asumirlas para poder tener
control sobre ellas pudiendo así definir nuestro camino hacia la victoria.
En esta sociedad generalmente nos vamos insensibilizando (o deshumanizando) para no enfrentarnos a nuestras emociones, para no sentir dolor, para no sufrir. Pero de lo que no nos damos cuenta es de que esa insensibilización es dañina porque anula nuestra humanidad y hace que nos forjemos una coraza y nos refugiemos ahí hasta nueva orden. Ante emociones como la vergüenza, el miedo o el rechazo nos defendemos con nuestra “coraza social” que es a prueba de balas (o por lo menos eso pensamos). Nos cerramos en realidad por miedo, miedo a no ser amados, miedo al “qué dirán”, miedo a no ser lo suficientemente listos, guapos, rápidos, etc… Si uno acepta su vulnerabilidad no es que sea débil, en realidad uno se hace más fuerte porque es consciente de su fragilidad pero ya no tiene miedo a nada porque el Amor por la vida y por uno mismo ha hecho que supere sus temores.
¿Cómo usar la vulnerabilidad a nuestro favor para alcanzar
el éxito en general? pues siendo más auténticos y viviendo sin miedo y con amor.
Esto no es sencillo pero se puede lograr con ayuda de la gratitud.
Cuando las personas estamos agradecidas por lo que tenemos estamos más conectados y receptivos y esto consecuentemente hace que estemos contentos y que hagamos que otros también estén alegres. Brown dice que “cuando perdemos la tolerancia hacia nuestra vulnerabilidad nuestra alegría se restringe”. Pasamos la vida sin estar contentos del todo por miedo a perderlo todo y a que se manifiesten nuestros peores temores, no le sacamos jugo por falta de gratitud. La gratitud nos lleva a un estado de gracia que es lo que nos conecta a la realidad, es la gasolina que necesitamos para vivir con entusiasmo y plenitud. La única forma de vivir con amor es cultivando la gratitud, porque la gratitud te conecta con la realidad del presente y por lo tanto con todo (y todos) lo demás. La mayoría de las personas viven en lo que yo llamo una desconexión normalizada y otros sociólogos han denominado como “aislacionismo situacional”, nos aislamos en nuestro día a día, maquillamos un presente que no nos gusta, respiramos pero no vivimos, nos escondemos en la mediocridad porque es más cómodo que esforzarnos para alcanzar la excelencia, y como consecuencia nos desconectamos de la realidad y perdemos empatía, nos sentimos vacíos porque vivir así no es sano, ni humano, ni verdadero.
Para mi un ejemplo de autosuperación
sería el personaje de Batman (si, Batman), fijaros sino en qué hizo Batman o El hombre murciélago para
convertirse en un superhéroe: Batman
convirtió su mayor temor (los murciélagos) en su fuerza, hizo de su
vulnerabilidad hacia los murciélagos su mayor poder. Batman no es que no
tuviese miedo, como el resto de seres humanos, sino que se cansó de tener miedo
y esconderse detrás de su miedo para ser la persona que él sabía que era.
Batman dejó de sentirse pequeño, dejó de ser conformista con las inseguridades
ajenas impuestas por una sociedad estandarizada, y decidió ser él mismo,
decidió liberarse así mismo y aceptar quien era para así superar sus
dificultades y poder así ayudar a otros. Eso le hizo salir de su egoísmo para
sintonizar con el dolor ajeno y luchar contra el crimen de Gotham (la ciudad en
la que habitaba el hombre murciélago) para defender a los ciudadanos inocentes.
Batman, en definitiva, dejó de ser una “víctima” del Sistema y volvió a
conectarse consigo mismo y con su humanidad, lo que a su vez hizo que se confraternizarse con el dolor de otros seres
humanos. Si todo esto lo hizo un personaje de cómic, ¿cómo no van a poder hacer
lo mismo personas de carne y hueso?
Aceptando nuestra vulnerabilidad y adoptando
una postura más abierta hacia ésta, podremos levantarnos sobre nuestras cenizas
como el ave Fénix y renacer de nuevo para autodefinirnos como mujeres y personas
valiosas, para autodefinir nuestros conceptos de éxito y avanzar hacia ese éxito
a nuestro ritmo y con ilusión. Somos aquello en lo que decidimos creer. La
única forma de ganarle la batalla a nuestros miedos es creer que podemos
vencerlos. El mundo tiene demasiadas definiciones en las que muchas mujeres no
encajamos, ni queremos encajar, porque hemos decidido llevar las riendas de
nuestra vida y ser quienes queremos ser sin tener que conformar las ideas que otros
se han formado de nosotras, nuestro espíritu es demasiado grande como para
amoldarse a definiciones tan pequeñas y limitadas.
La escritora afroamericana Maya Angelou dijo que “si pasas todo el tiempo intentando ser normal nunca descubrirás la maravillosa persona que eres”. Hay que estar agradecidas por la generosidad de la vida que siempre nos da oportunidades para crecer y autosuperarnos. Sinceramente pienso que en esta vida nadie fracasa a menos que se lo proponga. Doy gracias por mi vulnerabilidad porque me permite abrirme con la esperanza de conectarme a la Verdad. Confío en que ésa verdad, es la verdad que necesito para levantarme cada mañana para luchar por un mundo mejor.
Os animo a todas a salir de vuestra
“zona de confort mental” y comenzar a caminar hacia vuestros propósitos
esenciales, hacia lo que os llena de verdad, hacia la victoria (sea cual sea
vuestra definición de victoria), hacia la autorealización porque “todo es posible
para los que creen” y trabajan para conseguir sus objetivos. Atreverse a ser
vulnerable es atreverse a vivir de verdad porque los únicos límites reales son
los que nos marcamos en nuestra mente, creer que podemos alcanzar algo, a pesar
de las dificultades, es el primer paso para combatir nuestra inseguridad y ser
conscientes de que nuestra mayor fuerza está en nuestra Humanidad. Dejemos de
buscar la aprobación de los demás y comencemos a ser mujeres Lideres de nuestros destinos y transformemos
la realidad que nos ha tocado vivir en algo valioso.
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sábado, 18 de julio de 2015
EL PODER DE LA VULNERABILIDAD
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